El Hospital Fundación Jiménez Díaz ha desarrollado un Programa de Prevención de la Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA), mediante inteligencia artificial, con el objetivo de detectar la patología de forma precoz y ralentizar su progresión.
El proyecto ha sido impulsado desde la Unidad de Continuidad Asistencial e impulsado junto a otros tres hospitales del grupo Quirónsalud en la Comunidad de Madrid, los hospitales universitarios Rey Juan Carlos, Infanta Elena y General de Villalba, para realizar conjuntamente con Atención Primaria.
Desde el FDJ recuerdan que una de cada diez personas puede sufrir enfermedad renal crónica, un problema que aumenta con la edad, ya que la mitad de los mayores de 75 años sufre esta patología
Además, se estima que para el año 2040 se habrá convertido en la quinta causa de muerte a nivel mundial y antes de que acabe el siglo será la segunda causa de mortalidad de nuestro país. En este sentido, el programa nace con la intención de revertir la tendencia de crecimiento de la enfermedad.
“La importancia de este programa radica en la dificultad de su detección, ya que en estadios iniciales es una patología asintomática y, cuando aparecen los síntomas, en fases ya muy avanzadas, estos son inespecíficos”, explican los especialistas implicados en la iniciativa.
Ayuda del Big Data
Las funciones clave de los riñones son el filtrado de la sangre para eliminar toxinas e impurezas -el filtrado glomerular- y la producción de una hormona antienvejecimiento llamada Klotho.
El Programa de Prevención de la ERCA ofrece evaluación, consejos y, eventualmente, tratamiento personalizado a aquellos que sufran una disminución de esas funciones o tengan analíticas que reflejen un posible daño.
En este sentido, la creatinina en sangre es un indicador incluido en las analíticas realizadas tanto en hospitales como en centros de salud. Ahora, el análisis de esos datos gracias a la aplicación del Big Data identifica a los pacientes con alto riesgo de padecer enfermedad renal crónica.
Los profesionales del centro de salud son quienes revisan esta información y coordinan la derivación del paciente a Nefrología para una valoración adicional que, además, puede ser no presencial en una primera consulta, por vía telefónica o a través de una e-consulta.
Tras el diagnóstico, los especialistas valoran el abordaje terapéutico de la enfermedad renal. “Se cura del todo escasas veces, pero sí se puede ralentizar su progreso”, apuntan los nefrólogos, indicando que el objetivo es “evitar la diálisis, que sustituye la función de los riñones”.
Existen cerca de 64.000 personas en tratamiento de diálisis en España, según datos del FDJ
Y es que, si bien la diálisis es la consecuencia más conocida de la enfermedad renal, también es la menos frecuente. Frente a ella, hay una consecuencia menos conocida pero más grave: un alto riesgo de muerte prematura debido a que la acumulación de toxinas y la no producción de Klotho genera un envejecimiento acelerado de todos los órganos, fundamentalmente del corazón, de las arterias y de los vasos.
Divulgación de ERCA
El programa también pretende aumentar progresivamente la concienciación sobre esta, ya que, por lo general, la sociedad no la tiene presente y siguen siendo muy desconocidas tanto la patología como sus implicaciones.
Por estos motivos, el Hospital FDJ, ha incluido videos informativos en el Portal del Paciente, donde el jefe de Servicio de Nefrología, Alberto Ortiz, explica la función de los riñones, qué podemos hacer para mantenerlos sanos, por qué se dañan y cuáles son las consecuencias de este deterioro.
En estos materiales se indica que los casos más habituales de enfermedad renal crónica avanzada son aquellos relacionados con la diabetes, seguidos de los asociados a la hipertensión. Por tanto, desde el FDJ recomiendan aplicar pautas similares a las recomendadas para evitar la diabetes o la enfermedad cardiovascular.
El ejercicio regular es un aspecto tan fundamental como llevar una dieta equilibrada, baja en sodio y en fosfato.
“Hay un exceso de fosfato en aditivos presentes en platos ya preparados y el encargado de eliminar este exceso de fosfato es el riñón, lo que supone una sobrecarga de trabajo para este órgano”
Alberto Ortiz, jefe de Servicio de Nefrología
En el mismo sentido, se recomienda también evitar las bebidas carbonatadas, ya que, “además de suponer un alto aporte calórico, pueden tener una cantidad importante de sodio y fosfatos”.
Asimismo, es imprescindible evitar el tabaquismo, tener controlados los factores de riesgo cardiovascular como la tensión arterial alta, detectar precozmente la diabetes y evitar el consumo de antiinflamatorios, que son tóxicos renales y no deben tomarse si no es bajo prescripción médica, apostillan los nefrólogos.
Finalmente, hay una predisposición familiar a la enfermedad renal, por lo que estos antecedentes deben ser transmitidos siempre al médico, concluye el jefe del Servicio de Nefrología de la Fundación Jiménez Díaz.