16 abril 2018

Científicos han descubierto que el cáncer de riñón sigue distintas vías evolutivas, lo que les permite detectar si un tumor será agresivo y revelar que las primeras semillas de cáncer de riñón se siembran tan temprano como en la infancia. Los tres estudios financiados por Cancer Research UK, publicados en la revista ‘Cell’, arrojaron luz sobre los principios fundamentales de la evolución del cáncer y podrían conducir a futuras pruebas clínicas para proporcionar a los pacientes pronósticos más precisos y un tratamiento más personalizado.

En los primeros dos documentos, el equipo ‘TRACERx Renal’, con sede en el ‘Francis Crick Institute’, ‘University College London’ (UCL), ‘The Royal Marsden NHS Foundation Trust’ y ‘Guy’s and St Thomas ‘NHS Foundation Trust’, analizaron más de 1.000 muestras de tumores de 100 pacientes con cáncer de riñón para reconstruir la secuencia de eventos genéticos que condujeron al cáncer en cada paciente. El análisis revela que hay tres tipos evolutivamente distintos de cáncer de riñón.

El primer tipo sigue un camino evolutivo lento, sin adquirir la capacidad de volverse agresivo. El segundo tipo, por el contrario, forma los tumores más agresivos, que evolucionan a través de un rápido estallido de daño genómico, incluidos los cambios que afectan a grandes partes del genoma, al principio del desarrollo del cáncer. Esto le da al tumor todo lo que necesita para diseminarse a muchas otras partes del cuerpo, a menudo antes de que se diagnostique el cáncer primario.

El tercer tipo de tumor adquiere la capacidad de propagarse a través de una acumulación gradual de daño genómico. Por lo general, se extiende durante un periodo de tiempo más largo, a menudo a un solo sitio. Estos tumores están compuestos por muchas poblaciones diferentes de células cancerosas, algunas de las cuales son agresivas. Los investigadores pudieron confirmar sus hallazgos mediante el análisis de muestras de tumores obtenidas después de la muerte de pacientes en el estudio de muestreo post-morten, «PEACE».

El autor principal, Samra Turajlic, científico clínico de ‘Cancer Research UK’ en el ‘Francis Crick Institute’ y oncólogo consultor en ‘The Royal Marsden’, señala: «Los resultados de los pacientes diagnosticados con cáncer de riñón varían mucho: mostramos por primera vez que estas diferencias están arraigadas de la manera distinta en que evolucionan sus cánceres.

«Conocer el próximo paso en la trayectoria evolutiva del cáncer podría adaptar la opción de tratamiento para pacientes individuales en la próxima década. Por ejemplo, los pacientes con los tumores menos agresivos podrían evitar la cirugía y controlarse, y aquellos con tumores en evolución gradual podrían tener el tumor primario extirpado quirúrgicamente incluso después de que se haya diseminado. Desafortunadamente, es poco probable que la cirugía detenga los tumores ‘nacidos para ser malo» que son agresivos en la etapa más temprana, destacando la necesidad de programas de detección temprana» añade.

EL PAPEL DE DISTINTAS CÉLULAS TUMORALES

Los investigadores también analizaron los rasgos que distinguen las células en el tumor primario que conducen a tumores secundarios, de aquellas que nunca abandonan el sitio del tumor primario. Las células que podrían propagarse se distinguieron por cambios en el nivel cromosómico en lugar de mutaciones en los genes. En particular, se encontraron dos cambios cromosómicos específicos que conducen a la diseminación metastásica que podrían servir como un marcador útil para identificar pacientes que están en riesgo de enfermedad metastásica.

El autor correspondiente del estudio, el profesor Charles Swanton, líder del Grupo en el ‘Francis Crick Institute’ y UCL, y el jefe clínico de ‘Cancer Research UK’, dice: «Comprender cómo se desarrollan y evolucionan los cánceres con el tiempo es probable que nos ayude a reconstruir la información que señala el camino hacia nuevos enfoques de tratamiento y predice resultados. En este estudio, demostramos que los grandes cambios en el genoma parecen ser un factor de riesgo particularmente alto para la progresión temprana y la muerte después de la cirugía. Esperamos que en el futuro este trabajo ayude a adaptar la cirugía y la intervención médica a los pacientes adecuados en el momento idóneo».

El tercer artículo en este estudio TRACERx Renal, que fue codirigido por investigadores del Instituto Wellcome Sanger en Cambridge, analizaron los eventos más tempranos que desencadenan el desarrollo del cáncer de riñón. Muestra que pueden tener lugar en la infancia o la adolescencia, hasta 50 años antes de que se diagnostique el tumor primario. Los resultados presentan una oportunidad para la monitorización y la intervención temprana en el tratamiento del cáncer de riñón, particularmente en grupos de alto riesgo, como aquellos con un riesgo heredado de desarrollar la enfermedad.

El doctor Peter Campbell, autor correspondiente del Instituto Wellcome Sanger, agrega: «Ahora podemos decir cuáles son los cambios genéticos iniciales en el cáncer de riñón y cuándo ocurren. Lo que es notable es que el evento genómico característico que caracteriza al cáncer de riñón se produce en promedio de 40 a 50 años antes de que se diagnostique el cáncer. Esas primeras semillas se siembran en la infancia o adolescencia, saber la secuencia de eventos y sus tiempos abren oportunidades para la intervención temprana».

«Durante años, hemos luchado con el problema de por qué los pacientes con diagnósticos aparentemente muy similares tienen resultados tan diferentes: algunos mueren muy rápido y otros sobreviven durante décadas después del tratamiento. Estos estudios pioneros nos ayudan a desentrañar este enigma», apunta Sir Harpal Kumar, director ejecutivo de Cancer Research UK.

Y añade: «Cuando los científicos de Cancer Research UK revelaron por primera vez que la composición genética del cáncer evoluciona con el tiempo, ayudando a que los tumores se vuelvan resistentes a los tratamientos, nos enfrentamos al reto monumental de cómo abordar esta complejidad. Ahora sabemos que existen reglas en esta complejidad, y podríamos usar estas reglas para ayudar a elegir los mejores tratamientos, y potencialmente para diagnosticar algunos cánceres mucho antes».

Fuente: Infosalus